300: El origen de un imperio

FICHA TÉCNICA

Título: 300: El origen de un imperio
Título original: 300: Rise of an Empire
Dirección: Noam Murro
País: Estados Unidos
Año: 2013
Fecha de estreno: 07/03/2014
Duración: 102 min
Género: Drama, Bélico, Acción
Calificación: No recomendada para menores de 16 años
Reparto: Sullivan Stapleton, Eva Green, Rodrigo Santoro, Jack O’Connell, Andrew Tiernan, Ashraf Barhom, Callan Mulvey, Lena Headey, David Wenham, Andrew Pleavin
Distribuidora: Warner Bros. Pictures
Productora: Atmosphere Entertainment MM, Hollywood Gang Productions, Cruel and Unusual Films

SINOPSIS

Tras el éxito de “300″, “300: El origen de un imperio” lleva la acción a un nuevo campo de batalla: el mar. La historia enfrenta al general griego Temístocles con las grandiosas fuerzas invasivas de Persia, dominadas por Jerjes, un mortal convertido en dios, y guiadas por Artemisia, vengativa comandante de la armada persa. Sabiendo que la única esperanza de derrotar a la arrolladora armada persa será unir toda Grecia, finalmente Temístocles dirige el ataque que cambiará el curso de la guerra.

CRÍTICA

Cuando se estrenó hace siete años la película 300 dejé clara mi opinión de que estábamos ante un film bonito en imágenes pero vacio en contenido, con una adaptación histórica discutible, unos personajes planos que rozaban el esperpento (caso de Jerjes) y un claro mensaje probélico disfrazado de epopeya histórica. Zack Snyder hizo una adaptación modélica (eso se lo concedo) pero es que el comic original ya era (es) así de nefasto, demostrando la vena reaccionaria y facistoide de Frank Miller (como demostró en la posterior novela gráfica Holy terror, que junto con su nefasta e infiel adaptación de The Spirit hace añorar al autor que maravilló en los 80 con Daredevil y Batman)

Siendo un film con el que no hay medias tintas (o te gusta mucho o no) la anterior 300 congenió con un amplio sector del público, que se dejó sugestionar por unas bellas imágenes que recordaban con todo lujo de detalle su origen en las viñetas (si acaso el más evidente mérito que le concedo) Ese particular estilo que puso de moda el film de Zack Snyder sigue en vigor (por ejemplo la reciente Hércules: el origen de la leyenda) y ha sido hasta parodiado (Casi 300) y adaptado a la pequeña pantalla (siendo el ejemplo más claro la serie de televisión Spartacus, sobretodo en su primera temporada)

Ahora nos llega esta 300: El origen de un imperio, secuela basada en principio en la novela gráfica Xerxes (donde Frank Miller continuaría lo narrado en el comic original) pero que me decanto por suponer que tendrá claras discrepancias con lo que luego se vea en papel, debido a que la agenda de Frank Miller ha llevado a retrasar la edición de la misma, que tenía que coincidir con el estreno del film en cartelera (supongo que una situación parecida a Kick-Ass, cuya película adelantó su rodaje a la edición del comic, de ahi las diferencias que existen entre una y otra, evidentes sobretodo en el personaje de Nicolas Cage y su final)

En mi caso personal, y en una situación similar en cuanto a La Momia (1999) de Stephen Sommers y su primera secuela (2001), digamos que mis expectativas ante la primera (y que luego no me gustara) han favorecido a que esta segunda, con las lógicas concesiones a nivel visual que plantó la anterior entrega, me haya entretenido más (pese, de nuevo, a una veracidad histórica bastante discutible) El nuevo director Noam Munro (que sustituye a un Zack Snyder enfrascado con el crossover entre Superman y Batman) ha conseguido unos resultados superiores a los de 300, pero sin repudiar de la misma, aunque corrigiendo fallos evidentes que había en ella, más por culpa de la nefasta historia original que por la labor de Snyder, modélica a nivel visual. Y aunque en esta secuela de nuevo hay sucesión de torsos desnudos (era lo esperado), no se recrean en ellos, así como tampoco es tan evidente la glorificación de la guerra (aunque la violencia sigue en el mismo estilo), corrigiendo detalles que me chirriaron en la anterior entrega (aunque en la batalla final uno se pregunta porque no usan alguna clase de armadura, como si hacen los del ejercito persa)

En cuanto al reparto, Sullivan Stapleton como Temistocles no consigue el carisma que tenía Gerard Butler como Leonidas (aqui no hay momentos gloriosos como el mítico “¡Esto es Esparta!” de 300) pero consigue mantener el nivel pese a tener enfrente a una maravillosa Eva Green como Artemisa, que logra sin problemas ser la auténtica estrella de esta película, desplazando a secundario a un Jerjes del que sabremos su origen (y lo que ella representa en él, demostrando de nuevo que detrás de un gran hombre siempre hay una gran mujer) Por cierto, para que haya igualdad, también Artemisa nos mostrará su torso desnudo en cierto momento del film, donde tiene junto a su rival Temistocles una de las mejores y más intensas escenas de sexo que he visto en los últimos tiempos.

Repite de la anterior entrega Lena Headey como la viuda de Leonidas, y aunque en principio su presencia podía ser tan solo testimonial, sus acciones al final resultan trascendentales para un epílogo que queda abierto de cara a una hipotética tercera película. Llegados a ese punto uno se lamenta que no puedan coincidir en pantalla Gerard Butler y Eva Green ya que ambos son lo mejor de las dos respectivas entregas que ha tenido hasta la fecha esta saga. Mención positiva también para lo espectacular de las batallas marinas que hay en este film, así como beneficiarse de que en el guión no haya metido mano Frank Miller, al no tener nada suyo en lo que basarse más allá de lo planteado en la primera película. Otro acierto sería lo bien hilvanada que está la acción de esta secuela, que transcurre antes, durante y después de los hechos narrados en 300.

LO MEJOR: Eva Green, que si ya de por si demostró ser la mejor chica Bond hasta la fecha de la etapa de Daniel Craig, consigue en esta secuela dar vida a una villana Artemisa que se demuestra de lo más interesante. Tambien mencionar el apartado visual, espectacular si se disfruta en 3D, así como la mejora en el guión al no tener material de Frank Miller en el que basarse.

LO PEOR: Rebaja el tono homoerótico de la anterior así como su glorificación de la guerra (que no de la violencia), que añorarán los fanáticos del primer film.

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