La leyenda de Tarzán

Aunque para algunos, en referencia a la animación tradicional, representa el inicio de la decadencia de Disney tras su resurgir a principios de los años noventa, en mi caso tengo que admitir que tengo un muy grato recuerdo del Tarzán animado que presentaron en 1999 con canciones de Phil Collins que aún a veces tarareo cuando estoy distraido. Y es que estamos hablando de un personaje de ficción mítico que ha tenido, como también le ocurre a Sherlock Holmes, infinidad de rostros en la gran pantalla en una extensa lista de adaptaciones que corrieron una suerte dispar en taquilla (aunque sin duda para los fans cinéfilos más acérrimos el único y verdadero Tarzán fue el encarnado por Johnny Weissmuller)

En estos tiempos en que todo es reciclado y reformado para ¿actualizarlo? (y lo pongo entre interrogantes porque en muchos casos cabe la duda de si era necesario) nos llega esta nueva versión que actuaría como secuela al mismo tiempo que intenta ser el inicio de una lucrativa franquicia. En el primer caso no es una película de orígenes (un personaje como Tarzán ya se supone que la mayoría sabe como empezó, aunque este título contiene pequeños flashbacks del origen) por lo que la historia se situa años después de lo conocido por todos. Respecto a lo segundo, su inflado presupuesto de 180 millones de dólares hace dificil recuperar lo invertido como para pensar en continuarlo, si bien en el momento en que escrito estas líneas la película ya ha superado los 100 millones de dólares en las salas americanas y está a punto de superar los 200 a nivel internacional (por lo aunque no sea un gran éxito sería injusto etiquetarla de fracaso, porque beneficios no sé si dará muchos, pero a priori pérdidas parece que no)

Dirigida por David Yates, cual si fuera un respiro entre los 4 últimos films de la saga Harry Potter y su precuela (Animales fantásticos y donde encontrarlos) que nos llegará la próxima Navidad, este nuevo Tarzán está encarnado por Alexander Skarsgârd, cuyo apellido ya deja clara su condición de hijo del popular actor Stellan Skarsgârd (visto en algunos éxitos de Hollywood como por ejemplo Los Vengadores) al que le acompañan el siempre cumplidor Samuel L.Jackson, la hermosa Margot Robbie (que esta temporada estival también será Harley Quinn en el film Escuadrón Suicida), Christoph Waltz, otro buen actor que lamentablemente parece que quedará encasillado en papeles de villano (como en este caso), mientras que en papeles más secundarios veremos a actores como Djimon Hounsou y Jim Broadbent. Dicho reparto consigue una suerte desigual a la hora de traernos a este mítico personaje hasta el siglo XXI, pese a que los agoreros ya daban la película por perdida y en mi caso he de admitir que (sin ser ni mucho menos buena) es más entretenida de lo que hubiera previsto.

¿Primer fallo? Alexander Skarsgârd, que mucho tiene que aprender aún en el arte de la interpretación para como mínimo llegar al nivel de su padre. Su Tarzán resulta correcto porque su aspecto físico es escultural (lo que sin duda alegrará a los ojos de algunos espectadores y espectadoras) pero hay que reconocer que el muchacho no es un dechado de expresividad, por lo que todo el rato lo ves con el mismo rostro, bien sea una escena más intimista o una de acción exacerbada (por lo que al final digamos que no es un mal Tarzán pero de ninguna manera se puede admitir que su interpretación vaya a ser mítica, incluso se le puede achacar tener más fisonomía nórdica de vikingo que de rey de la selva)

La preciosa Margot Robbie tiene a su cargo a una Jane que ¿rompe el estereotipo de “damisela en apuros”? Lo digo entre interrogantes porque hay momentos en los que parece que si, mientras que en otros cumpliría todos los detalles del citado patrón, por lo que el relato avanza siempre con la duda sobre a que atenerte, aunque más bien diriamos que un poco de cada cosa (o sea, mitad y mitad) Frente a la guapa pareja (con lo que se contenta al sector masculino y femenino) está el villano Leon Rom, al que encarna con solvencia Christoph Waltz, pero tras haberlo visto también como malvado en films como Malditos bastardos y Spectre, temo que se quede encasillado ahi siendo un actor muy versátil (lo que prueban los dos Oscars que ha conseguido por sus colaboraciones con Tarantino)

Samuel L.Jackson es… ¡Samuel L.Jackson! Si esto fuera una película de superhéroes (y hay que recordar que según dicen fue Tarzán una de las bases para crear al posterior Superman) el papel de este actor sería de “compañero del héroe” y/o “alivio cómico” funcionando en esta película, bien sea de una manera que de otra, como más convenga a la historia. Por su parte el resto del reparto es cumplidor y correcto aunque su relevancia es menor dentro de un film entretenido pero en que el quizás se abusa de los efectos visuales, causando que algunas escenas se vean más artificiales que naturales. Asimismo salvo la crítica contra el colonialismo, el otro detalle más “polémico” estaría en el arma que usa el personaje de Waltz, que puede incomodar a los católicos más recalcitrantes, porque en esencia esta película de Tarzán esta hecha para contentar a cuantos más mejor. Pero en resumen tampoco nos cuenta nada nuevo, aunque al menos no es una ofensa a un personaje mítico ya centenario creado en 1912 por Edgar Rice Burroughs.

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  • FICHA TÉCNICA y SINOPSIS en IMDB (en inglés) y FilmAffinity (en español)
  • FECHA DE ESTRENO EN ESPAÑA: 22 de julio de 2016
  • LO MEJOR: No es una mala película del personaje (aunque tampoco de las mejores) sino más bien tan solo un producto entretenido y sin pretensiones (aunque su disparado presupuesto haga esperar la gran película que NO ES) para presentar a Tarzán a los espectadores del siglo XXI.
  • LO PEOR: Intenta contentar a todos los sectores, lo que se nota en unos evidentes altibajos de ritmo a lo largo de todo su metraje. Además su reparto es aprovechado de forma irregular (este Tarzán es demasiado inexpresivo)

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